Mientras armenios aún afirman que los Reyes Magos eran 12 el Papa San León decretó que fueron tres
Gaspar, Melchor y Baltasar, tienen más de 2.000 años, contrariamente a Papa Noel una creación del siglo XIX. Sin embargo tampoco los reyes que vinieron de Oriente a adorar a Jesús, fueron siempre Melchor, Gaspar y Baltasar, cuya confirmación como terna y sus nombres son de data más reciente.
La descripción de los reyes que vienen de Oriente está en el Nuevo Testamento, pero fue recién en el siglo XIV que el monje benedictino Beda, describió sus características, les dio nombres y confirmó su razón de ser a través de los presentes que cada uno llevó al pesebre. Según los códices de Beda, Magalath (Melchor) fue un anciano de cabellos y larga barba blanca originario de Europa que entrega la mirra, una sustancia rojiza aromática que común en Oriente Medio, muy valorada en la antigüedad por permitir la elaboración de perfumes. La mirra es el símbolo de lo humano. Galgalath ( Gaspar), es bastante más joven, llega de Asia y es el único rubio de los tres. Entrega el incienso, una combinación de resinas aromáticas vegetales, a las que se añaden aceites comburentes que al quemarse producen un humo fragante de olor característico. Es el símbolo de Dios, y muchas religiones usan el incienso en prácticas religiosas. Serakin (Baltasar) viene de Africa, y presenta como objeto de devoción el oro, el más precioso de los metales y que entre los antiguos era el principal símbolo de realeza.
Los tres reyes sin embargo son una tradición que el papa San León limitó a tres: las iglesias ortodoxas tienen versiones distintas, e incluso la armenia llega a aceptar la existencia de doce reyes que vienen a presentar su homenaje al Cristo recién nacido.
La “Epifanía” que confirma a Jesús como el Hijo de Dios
Aunque la “epifanía” (que proviene del término griego “revelación”) es algo común a casi todas las religiones, y en el caso de los cristianos tiene diferentes instancias, para la revelación de la característica divina de Jesús, el catolicismo suele limitar a nivel de los fieles a la epifanía como una fiesta solamente del 6 de enero.
El culto admite que los tres Reyes Magos, portaban los presentes que relata el apóstol Mateo (2, 1-12) como forma de reconocimiento de la característica divina del nacido en Belén. Los magos siguieron una estrella –cuyo origen y características aún se discuten- no obstante lo cual la misma les permitió llegar sin mayores dudas al pesebre del Nacimiento. Si bien los restos mortales de los Reyes Magos, están en la Catedral de Colonia, en Alemania, la devoción a los mismos es de relativa convicción. La Biblia no cita ni el número ni los nombres de los “magos de Oriente”.
Más allá de todo la magia sin duda continúa de la mano de los niños que cada 6 de enero despiertan expectantes para ver que han dejado los reyes en sus zapatitos.
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