Refugio

Un grupo de 40 sirios refugiados en Líbano arribará a Uruguay en septiembre y 80 vendrán en febrero

Uruguay recibirá en septiembre el primer contingente de ciudadanos de Siria, refugiados en Líbano, compuesto por 40 personas, y un segundo grupo de 80 sirios a finales de febrero de 2015. Cada grupo familiar deberá estar integrado por un 60% de niños, serán alojadas en el hogar marista “San José” por un plazo de ocho semanas y luego radicados en hogares definitivos.

Uruguay recibirá a 120 personas sirias refugiadas en territorio libanés.

El secretario de Derechos Humanos de la Presidencia de la República, Javier Miranda, informó sobre su reciente reunión con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), y de la propuesta uruguaya de reasentamiento de refugiados sirios.

En ese marco, explicó que Uruguay recibirá a 120 personas sirias refugiadas en territorio libanés.

Se trata de familias y no solamente de niños sirios, sin embargo, se planteó como criterio que haya un mínimo de 60% de niños en la integración de las familias.

El gobierno y ACNUR acordaron que habrá dos etapas de preselección: “La primera, a cargo de ACNUR en territorio libanés donde se preseleccionará a las personas interesadas en reasentarse en Uruguay. La segunda etapa implica que una misión uruguaya se traslade al Líbano para verificar, en base a entrevistas, la determinación definitiva de las personas que se reasentarán en nuestro país”.

Asimismo, se definió que las personas arribarán a territorio nacional en dos contingentes. “Un primer grupo de hasta 40 personas llegará a finales de setiembre; y el segundo compuesto por unas 80 personas arribará a finales de febrero de 2015.

Reinserción social

“El objetivo es que estas familias puedan reinsertarse en la sociedad, si así lo desean; el reasentamiento es un proceso voluntario”, dijo Miranda.

Añadió que el proceso de inserción en Uruguay consistirá en “el alojamiento transitorio en el hogar ‘San José’ ubicado en el kilómetro 16 de Camino Maldonado, donde funciona un hogar de retiro que la comunidad marista cedió para el proyecto”.

Miranda añadió que las personas permanecerán en el hogar entre seis y ocho semanas, para luego ser radicadas en hogares definitivos.

La etapa implica “atender necesidades de alimentación, transporte, alojamiento, vivienda, oportunidades de trabajo y formación en lengua española”.

Por su parte, el Estado les proporcionará “vivienda, alimentación, trabajo y formación en lengua española para facilitarles el desarrollo de un nuevo proyecto de vida con autonomía”.

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