Curas uruguayos se reconocen gay a pesar de mantenerse célibes
Apoyados por algunos prestigiosos representantes de las iglesias metodista y anglicana de nuestro país, se llevó a cabo del 17 al 19 de abril el II Encuentro de Grupos Cristianos (Gay, Lesbianas, Travestis, Transexuales, Bisexuales) del Cono Sur, celebrado en Montevideo.
Contó con la presencia de diferentes delegaciones de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay a los que se sumaron representantes de Chile, Mexico, Perú, Nicaragua y EEUU.
El reconocido activista homosexual uruguayo Fernando Frontán admitió a LA REPUBLICA que existen numerosos laicos católicos que ejercen su sexualidad con personas de su mismo sexo, e incluso, conoce algunos sacerdotes que aún siendo célibes, se reconocen gay, en su identidad.
El año pasado, la reunión se realizó en Buenos Aires, reflexionando sobre el tema «Teología y Comunicación». En esta ocasión, los cristianos homosexuales escogieron abordar la temática «Corporalidad y Fe, un cuerpo para celebrar.»
Al finalizar el encuentro en Montevideo, se elaboró una Carta Abierta, y cuyo documento establece: «Las marcas que llevamos en nuestros cuerpos, marcas del preconcepto, de la discriminación, la exclusión, de la invisibilización, muchas veces internalizadas en nosotras y nosotros mismos, nos hacen diferentes diversos. Desde ese reconocimiento caminamos juntos y juntas reclamando nuestro derecho a la vida, al ejercicio concreto de nuestra fe.»
Llegaron a la conclusión de que necesitan, en sus países de origen, de espacios donde puedan compartir sus experiencias, reflexionar teológicamente y convivir en comunidades de fe en las que sean aceptados tal como son y su individualidad sea valorada.
Los cristianos homosexuales coincidieron en la importancia de establecer y reforzar el diálogo con las Iglesias Históricas, desde sus movimientos pastorales y diaconales.
Firmaron la carta abierta representantes de iglesias y grupos de Argentina, Brasil, Paraguay, Chile, México, Estados Unidos y Uruguay.
Por nuestro país lo hizo el Encuentro Ecuménico para la Liberación de las Minorías Sexuales, Diaconía Cristiana en la Diversidad, Parroquia San Esteban de la Iglesia Anglicana y Flag Uruguay.
El Encuentro religioso que tuvo por finalidad hacer ejercicio del derecho a ejercer la fe, tuvo la adhesión de los pastores metodistas, Araceli Ezzatti y Adolfo Tomé, y del anglicano Leonardo Goiret, que conduce la parroquia de San Esteban, y que tiene un programa de apoyo a los enfermos de sida, impulsando un hogar donde estas personas tienen hogar y alimentos.
Bajo la creencia de que la Iglesia debe ser inclusiva, religiosos y laicos homosexuales manifestaron que Dios no excluye ni condena por no ser heterosexuales.
«Las ovejas negras»
Las 150 personas que se congregaron en Montevideo fueron cristianos que tienen en común su discrepancia con las posturas oficiales de la Iglesia Católica.
Tal es el ejemplo del religioso Alejandro Soria, que integra la Comunidad Metropolitana de Buenos Aires que se formara por la década de los años 60. Era franciscano y estaba en proceso de ordenación. Lo excluyeron cuando se enteraron de que era homosexual.
Hubo también expulsiones tras la ordenación sacerdotal. Incluso, algunos debieron abandonar su comunidad por sentirse incómodos por el rechazo existente, por parte de las autoridades de la iglesia.
Fernando Frontán, laico cristiano y reconocido homosexual, afirmó que los participantes del evento creen en una iglesia inclusiva y cristiana, que sea de carácter ecuménico y que trate de cumplir con el mandato evangélico. Indicó que en las Iglesias llamadas tradicionales no son contemplados por la doctrina que rige estas instituciones y por la ética que lleva implícita.
Acotó que recientemente el Vaticano emitió un documento «muy duro» contra la comunidad gay, y viene ejerciendo presión para que en un proyecto impulsado por Brasil en las Naciones Unidas no se incluya el derecho de orientación sexual libre, dentro de los derechos humanos.
Según indicó, la Institución Vaticana considera que la homosexualidad es una patología psiquiátrica y un degeneramiento, y afirmó que la Iglesia siempre va detrás del avance de la ciencia.
Frontan acotó que en 2003 se cumplen 50 años del informe del doctor Kinsey que realiza una constatación sobre la orientación sexual, en el cual establece una tabla para medir los niveles de homosexualidad (más y menos pura) en las personas. Incluso, este trabajo sirvió de ejemplo para las investigaciones sexológicas de Master y Johnson en los años 80. Frontán sostuvo que hace 20 años que la homosexualidad no se considera una patología, e incluso, afirmó que dentro de la Iglesia Católica, tiene sacerdotes conocidos que son homosexuales, pero que viven en celibato.
«Hay una cantidad de laicos católicos homosexuales, y hay curas que ejercen el celibato, pero tienen una identidad gay, que trasciende más allá de vivir la sexualidad», enfatizó Frontán.
Con respecto al celibato, el laico homosexual uruguayo, sostuvo que esta abstinencia obligatoria siempre fue motivo de conflicto dentro de la iglesia Católica. Señaló que el reprimir la sexualidad no lleva a buen camino y puso el ejemplo que en el movimiento religioso que él integra o en otras iglesias tradicionales donde no se aplica el celibato no se producen casos de abuso sexual. Sí en el caso de los católicos, acotó. Por lo cual, entiende, los temas de la homosexualidad y el celibato, son temas que deberían revisarse en la interna de la iglesia católica. *
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