El 6% de los huevos está contaminado con salmonella
El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca tiene en su poder un informe elaborado por la Facultad de Medicina y el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA), sobre la prevalencia de salmonella en Uruguay. El documento manifiesta que existe un 6% de contaminación de salmonella en los huevos de las avícolas establecidas del país.
Técnicos y epidemiólogos consultados por LA REPUBLICA dijeron que «años anteriores el nivel de salmonella oscilaba entre 1% y 3% de contaminación de huevos». Aunque existen más de 2.000 tipos de salmonella, la Enteritidis es la que afecta mayormente al ser humano.
El informe de la Facultad de Medicina y del INIA fue presentado el 4 de abril al propio ministro de Ganadería, Gonzalo González y a técnicos del Ministerio de Salud Pública, en una reunión que pretendió ser reservada.
El silencio oficial se extendió al punto de no informar a la Intendencia Municipal de Montevideo, que si bien bajo su órbita tiene un porcentaje importante de granjas avícolas, las autoridades de la comuna no fueron invitadas a la reunión nombrada.
El director de la División Salud, Miguel Fernández Galeano, dijo ayer a LA REPUBICA que existe preocupación en la Intendencia por conocer la información contenida en el trabajo divulgado. «De hecho enviamos una nota al INIA para que se nos responda sobre las características del informe. Se nos contestó que es el Ministerio de Ganadería el que debe otorgarnos la investigación».
Fuentes del Ministerio de Ganadería dijeron a LA REPUBLICA que «la información –difundida el 4 de abril– puede ser lesiva para el sector (avícola) desde el punto de vista económico».
El MSP y las medidas
En 1999 se registró un brote de salmonella en Uruguay que alcanzó hasta la cocina del Hospital Militar. En ese nosocomio, presuntamente, habría fallecido una persona que se encontraba internada, aunque nunca pudo constatarse que su muerte se produjera, directamente, por la bacteria de salmonella, ya que el paciente padecía también de otras enfermedades. Desde ese año, el MSP no recuerda a la población las medidas a tomar frente a la manipulación de los alimentos crudos y preparados y la necesidad de cocción de los huevos para eliminar la bacteria.
El huevo es un alimento de alto valor nutricional para el ser humano y para los microorganismos, por tanto tiene las condiciones para desarrollar la bacteria.
Técnicos consultados por este medio subrayan que en la manipulación de los alimentos, reside el mayor problema y debe haber un control, no sólo en las granjas de producción, sino y de manera estricta de bromatología en las rotiserías y restaurantes de todo el país donde no se conoce muy bien cómo se preparan los alimentos.
En Uruguay se consumen 220 huevos per cápita anualmente, algo menos de los 280 huevos que se consumen en Estados Unidos y Europa.
El informe de la Facultad de Medicina y el INIA se elaboró a partir de un muestreo de los huevos de avícolas establecidas, que proporcionaron sus productos para que los investigadores realizaran un pool de huevos, del conjunto de las empresas.
La Facultad de Medicina apunta al Ministerio de Ganadería para que éste decida el apoyo a la producción de la vacuna contra la salmonella que podría ayudar a disminuir el nivel de salmonella en Uruguay.
Distintos epidemiólogos consultados por este medio manifestaron que ese 6% de salmonella en los huevos «es alto y preocupante», mientras otros técnicos agregaron que Estados Unidos también registró años anteriores «6% de contaminación de salmonella en sus huevos y en esa ocasión esa cifra se consideró alta».
Los productores avícolas recibieron el informe realizado por la Facultad de Medicina y el INIA una semana después de que estos organismos lo presentaran al Ministerio de Ganadería y Salud Pública. Representantes de empresas que prefirieron reservar sus nombres, explicaron que «la vacunación no puede ser una solución única para tratar de combatir la salmonella. Debe haber un control integrado dirigido por el Ministerio de Ganadería hacia las granjas –para conocer su infraestructura– y controles bromatológicos a los restaurantes y rotiserías de todo el país.
Para los productores el 6% de contaminación «podría haberse incrementado si en el muestreo analizado se hubieran considerado los huevos de campo. Estos son los que venden los granjeros, que no cuentan con una avícola establecida, de sus gallinas reproductoras.
Estas aves se alimentan sin controles y desde setiembre a diciembre –pues la temperatura y la luz contribuyen–, ponen huevos cuyas cáscaras, en su gran mayoría, están contaminadas. *
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