OEA resalta de Uruguay políticas alternativas en materia de drogas y adicciones

Insulza presentó este lunes los dos tomos del estudio sobre la situación global de las drogas en el continente, el cual se enmarcó en la última Cumbre de las Américas de Cartagena de Indias, Colombia.

El jerarca de OEA se entrevistó con el presidente José Mujica en la Torre Ejecutiva, y luego ofreció una conferencia de prensa.

En el informe que presentó Insulza se expresa que el negocio de las drogas genera “150 mil millones de dólares al año”, y que “el continente americano consume la mitad de la cocaína, la mitad de la heroína y las tres cuartas partes de la marihuana que se produce en el mundo”.

Insulza dijo que “Uruguay está en condiciones de avanzar hacia políticas alternativas en materia de tráfico de drogas y adicciones”.

Aseguró que si bien es diferente la realidad entre cada uno de los países, de todas maneras “hay condiciones para trabajar hacia una política coordinada para todo el hemisferio”.

Resaltó que si bien Uruguay registra “un aumento del consumo de drogas”, de todas maneras las tasas de criminalidad asociada son de “las más bajas del continente”.

“Si tuviera que compararlo con otros casos sería con Chile e incluso con EE.UU, debido a los niveles de violencia asociados con el tráfico, muy lejos de los países con mayores problemas. Esto posibilita formular políticas mucho más sistemáticas y más coherentes”, sentenció el jerarca de la OEA.

“No solo no tenemos objeción a que esos procesos sigan adelante, es el camino que se está siguiendo, dijo Insulza al tiempo agregó que una disposición como la que analiza Uruguay “no causaría escándalo en el resto de la región”.

“El debate uruguayo producirá cambios en el corto plazo”, aseguró el máximo representante de la OEA.

Escenarios

La OEA plantea tres escenarios posibles en cuanto al combate al consumo de drogas, uno de ellos referido a que es un tema de “seguridad pública mal atendido, por lo cual hay que fortalecer la policía y los tribunales.

Por otro lado, se plantea que “el enfoque está equivocado y se debe encauzar la discusión en penas alternativas, despenalización de consumidores y revisión jurídica”.

En cuanto a la “resiliencia”, la OEA plantea el problema a partir de “un mayor compromiso de la sociedad para la creación de clima social que no promueva el consumo”. En tanto que en un escenario de “ruptura” se focaliza el problema en “países más afectados donde se prefieren caminos de atención estricta a prioridades domésticas, porque si no se mete en el tema del tránsito de estupefacientes, se pierden oportunidades para intervenir”.