Uruguay es el país con mayor aumento del salario real, del salario mínimo y la productividad laboral en toda América Latina
Uruguay fue el país que experimentó un mayor crecimiento del salario real el pasado año 2011 en toda América Latina. La información aparece registrada en el informe «Coyuntura laboral de América Latina y el Caribe» elaborado en conjunto por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
Con una tasa del 4%, Uruguay encabeza la lista del crecimiento del salario en el continente, seguido por Venezuela (3%), Paraguay, Chile y Brasil.
Asimismo es Uruguay es país de la región que más ha elevado el salario mínimo el año pasado, con un 15,7% de aumento. En ese indicador, la lista descendente sigue con Perú, Bolivia y Guatemala.
Por si fuera poco, Uruguay integra el primer escalón continental de países latinoamericanos en lo que respecta a aumento de la productividad laboral en el quinquenio 2006 – 2011.
El informe de los organismos internacionales, en lo que respecta al factor trabajo en la economía de los países, echa por tierra la teoría «política» de que la bonanza económica que experimentan los uruguayos es un mero producto de una coyuntura internacional favorable.
Desempleo a la baja en Latinoamérica
La tasa promedio de desocupación continúa en caída en América Latina y el Caribe, pese a la crisis europea y la consecuente incertidumbre sobre la economía global, aunque persisten «importantes brechas sociales y problemas de inserción laboral» para las mujeres y los jóvenes.
El estudio divulgado este miércoles 6 en conjunto por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indica que la tasa de desempleo urbano en la región descendió de 7,3 por ciento en 2010 a 6,7 por ciento en 2011, confirmando niveles que no se apreciaban desde comienzos de los años 90.
Jürgen Weller, oficial de Asuntos Económicos de la División de Desarrollo Económico de la Cepal, y uno de los autores del informe, precisó a IPS que «la gran mayoría de los países mostraron el año pasado una reducción del desempleo».
La excepción fueron los países del Caribe, «que aún no logran superar la crisis de 2008-2009″, nacida en Estados Unidos y que marcó el comienzo de los problemas que luego se extendieron al mundo, especialmente a varios estados miembros de la Unión Europea.
La contraparte positiva fueron los países sudamericanos, que son los que más contribuyeron a la caída en promedio del desempleo en América Latina.
«Observamos reducciones bastante importantes en las tasas de desempleo en Chile, también en Colombia, Ecuador y varios otros países que se beneficiaron de los buenos precios de sus exportaciones de bienes básicos», detalló.
El documento, inserto en la publicación conjunta «Coyuntura Laboral de América Latina y el Caribe», pronostica que los mercados laborales de la región mantendrán una tendencia positiva este año, con un nuevo descenso en el desempleo urbano, a 6,5 por ciento, pese a la incertidumbre generada por un contexto económico internacional cada vez más complejo debido a la crisis de la eurozona.
Weller explicó que las variables económicas indican que, si bien el ritmo de crecimiento de la economía de América Latina y el Caribe en 2012 se desacelera respecto de años anteriores, la región no entrará en crisis.
Las proyecciones últimas de la Cepal indican que el producto regional crecerá 3,7 por ciento en 2012, lo cual implica una merma respecto de 2011 y 2010, pero será bueno en comparación con lo que vemos en Europa y en Estados Unidos, donde la expansión prevista es muy baja», señaló.
Aseguró que la situación económica en la región «no es tan mala todavía» y permanecerá así «siempre y cuando la situación europea se mantenga bajo cierto control, es decir que no se profundice al punto de que pueda repercutir en el resto del mundo, como ocurrió en 2008-2009″.
En esa línea, Weller precisó que los mercados de trabajo y la generación de empleo deberían mantenerse relativamente dinámicos, «pero con mejoras más acotadas que los años previos».
Según el estudio, el año pasado también creció la proporción de los puestos de trabajo formales, que cuentan con protección social, y bajó el subempleo, mientras que los salarios, tanto medios como mínimos, aumentaron en términos reales, aunque moderadamente.
«Esto se debe a un contexto común en el que las inversiones fueron positivas el año pasado y el crecimiento se ubicó por encima de cuatro por ciento», explicó.
«Esto provocó que las empresas siguieran contratando más personal, sobre todo las medianas y grandes, que ofrecen empleos formales, y se mantuvo la tendencia favorable que observamos la mayor parte de la década pasada, con la interrupción de la crisis de 2009″, añadió.
El experto de la Cepal señaló que, como consecuencia, se registró una reducción del subempleo. Además puntualizó que los salarios han crecido en los últimos años en promedio en la región, pero a tasas moderadas y con variaciones según el país y el año.
«En esto han influido las tasas de inflación, que el año pasado fueron moderadas, con un cierto aumento en la primera parte del año, principalmente en los alimentos, lo que influyó en los salarios reales.
Sin embargo, el estudio denuncia que en los mercados laborales persisten importantes brechas y graves problemas de inserción laboral, sobre todo para las mujeres y los jóvenes, que continúan padeciendo niveles desfavorables de desempleo y de otros indicadores del trabajo.
«Esos son problemas estructurales que no se dan solamente en América Latina, aunque en la región sí hay algunas brechas muy grandes y se podría hacer algo más para reducirlas», apuntó Weller.
«Cuando empieza a caer el crecimiento, los que sufren primero son los jóvenes, que son los primeros despedidos o no son contratados», indicó.
Weller subrayó que es indispensable mejorar las formas de capacitación de los jóvenes para ingresar al mercado del trabajo y potenciar el vínculo entre el sistema educativo y el mercado laboral.
Precisó que, en el caso de las mujeres, «existe la condición de querer trabajar y no poder hacerlo por las limitaciones que tienen debido a la tradicional distribución de las labores hogareñas».
«Hay ahí un reto para las sociedades. Debemos redistribuir este trabajo y brindar la posibilidad de que las tareas y cuidados en el hogar sean equitativos para reducir esta carga a las mujeres», agregó.
Aseguró que las mujeres aún son discriminadas, por ejemplo, cuando perciben un salario menor al de un hombre que desempeña su misma labor.
Según el informe, también persiste una situación desfavorable para los trabajadores en las remuneraciones cuando se las compara con el producto interno bruto (PIB) de los países.
Durante el período de crecimiento económico relativamente elevado, entre 2002 y 2008, en 13 estados disminuyó la participación de las remuneraciones en el PIB, mientras que aumentó solo en ocho países, de un total de 21 con información disponible.
Si bien la región logró algunos avances entre 2002 y 2010, con un incremento anual de la productividad laboral de 1,5 por ciento, estos progresos están por debajo de los de otras regiones, como África subsahariana (2,1 por ciento) y sobre todo Asia oriental (8,3 por ciento) excluyendo a Japón y Corea del Sur.
Además, los salarios crecieron menos que la productividad en la mayoría de los países latinoamericanos. (IPS)
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