Bajan a la mitad el nivel de deserción y para 2013 bajarán repetición

Bianchi anunció la “profundización de técnicas pedagógicas” para combatir las deficiencias que los chicos traen de la escuela, pero descartó de plano que se vaya a facilitar las aprobaciones a costo de disminuir la calidad académica.

La directora, que salió a la palestra pública el año pasado por la grave situación de seguridad que vivían alumnos y profesores, reconoció que ha habido cambios sustanciales en el tema “No nos falta más seguridad desde las 7 de la mañana hasta las 24 horas, ha sido un cambio fundamental para la convivencia social y para educar dentro de criterios lógicos”, explicó la docente.

La solución desde dentro

Consultada por radio El Espectador, acerca de las formas en que se logró bajar la deserción a casi la mitad del porcentaje en 2010, Bianchi entendió que se “ha tomado como centro de preocupación lo que el alumno busca, lo que quiere, y lo que quieren son límites que demuestren, entre otras cosas, que uno los aprecia: Se controla mucho el vínculo con la familia, se estrecha ese vínculo, en forma lejana a veces, pero en un bachillerato que acompaña y sigue las directivas que impartimos”.

La directora consideró vital que los jóvenes comprendan que hay una real preocupación por su futuro. “Dejar tanta tecnocracia y tanto discurso vacío y volver a las fuentes. El estudiante lineal es un ser humano muy vulnerable por estar viviendo la adolescencia, una adolescencia que ahora se ve prolongada hasta los 24-25 años y sienten una gran soledad: los padres trabajan todo el día, tienen que cuidar a otros hijos.

Además, hay montones que tienen que trabajar además de venir al liceo: tenemos que desmostrarles que queremos que salgan de esa situación de sueldos en negro de 5 mil pesos, y la única manera es formándose”.

Bianchi reconoció la ardua tarea del equipo de docentes y adscriptos del Bauzá, al tiempo de apuntar que si bien los recursos no son los ideales la gestión es fundamental.
“Los recursos nunca son suficientes, pero acá hay un problema de gestión que se resuelve siempre. Aunque tenemos 4.000 alumnos, un número grande, muy grande, logramos salir adelante (…) si las redes internas funcionan, si los equipos docentes funcionan, los vínculos funcionan, son 300 profesores que nos reunimos una vez por semana y tenemos un equipo de adscriptos fabuloso, entonces, se puede llegar perfectamente: lo que pasa que no hay que tenerle miedo a los estudiantes, ni a los adolescentes, ni a los padres”, concluyó.