Los enfermeros «perdieron la cuenta» de los pacientes que asesinaron: «requerían demasiada atención»
Hasta 200 pacientes, según cifras preliminares, internados en centros de terapia intensiva de dos centros asistenciales de Montevideo habrían sido asesinados por dos enfermeros, o más.
La denuncia se conoció por boca del propio juez interviniente Rolando Vomero, que tomó intervención a partir de una investigación policial que duró dos meses.
Los dos enfermeros están detenidos, y los crímenes que se les imputan tuvieron lugar en un hospital público y en el sanatorio de una mutualista cuya indentificación se mantiene en reserva a esta hora por los factores implicados en la investigación.
El departamento de noticias de radio Montecarlo informó que se trataría del Hospital Maciel y la Española Primera de Socorros Mutuos.
El juez detalló que las “muertes repentinas” se registraron en la Unidad Cardiológica de cuidados intermedios del hospital y en el CTI neuroquirúrgico de la sociedad médica mutual. La mayoría de las víctimas no se encontraban en estado terminal, como se informó en principio.
Según fuentes judiciales, los indagados habrían reconocido su calidad de autores de los homicidios.
Profesionales de la muerte
Uno de ellos, masculino de 46, de extensa carrera profesional, dijo que había «perdido la cuenta» de la cantidad de pacientes a los que había quitado la vida. El otro efermero, de 39 años, alcanzó a confesar unos 50 crímenes del mismo tipo. Ambos se relacionaban escasamente entre sí.
La noticia sembró estupor entre autoridades sanitarias, personal y usuarios de las instituciones médicas locales. El Ministerio de Salud Pública anunció que daría información pública sobre la pavorosa situación que, ya a esta altura de los acontecimientos, expande el horror por el mundo en alas de las agencias internacionales de noticias.
Finalmente, el Ministerio divulgó un escueto comunicado de prensa. “En el día de la fecha el gabinete del Ministerio de Salud Pública se reunió con carácter de urgencia a los efectos de analizar la información comunicada por el Ministerio del Interior y el Poder Judicial, que da cuenta de la investigación de presuntos hechos delictivos vinculados al área de la salud. Las autoridades de esta cartera están colaborando con la investigación policial y judicial que se está llevando adelante y se mantienen atentas a los resultados de la misma”.
«Habrá un antes y un después en la historia de la atención sanitaria en Uruguay», comentó a LARED21 un ex jerarca del MSP en la administración Vázquez.
Entre los innumerables coletazos que se proyectan en el tiempo, fuentes judiciales mencionaron los onerosos juicios al Estado y la mutualista que radicarán los familiares de las víctimas, con millonarias demandas de indemnización. Los demandantes verán muy facilitados sus propósitos en lo que a plazos se refiere, al contar de antemano con una resolución inculpatoria por parte de la justicia.
Al principio, los acusados alegaban razones humanitarias para sus matanzas, o hasta de practicidad, porque los pacientes «requerían demasiada atención», pero durante la indagatoria policial primero y el escrutinio del juez terminaron por confesar su inspiración exclusivamente criminal.
Procesados
La justicia procesó con prisión a los dos enfermeros por el homicidio de varios pacientes y a un tercero por encubrimiento de homicidio, informó la abogada de uno de los acusados, indicando que su defendido cometió los asesinatos «por piedad».
«Mi cliente fue procesado por una serie de delitos de homicidio», dijo a periodistas la abogada Inés Mazziotti, agregando que el enfermero confesó haber cometido varios crímenes y declaró que «lo hizo por móviles de piedad».
«Después de 20 años de CTI, con estrés y entre la vida y la muerte, no pudo soportarlo más», añadió la abogada acerca de su defendido.
El juez Vomero informó que uno de los enfermeros proporcionaba una fuerte dosis de «morfina por vía central», mientras que el otro inyectaba «aire por vía central» para provocar la muerte casi instantánea. Los pacientes no eran terminales, y los criminales alegaron que los mataban para terminar con su sufrimiento. Ambos extremos resultaron desmentidos por la investigación, que incluso abarcó una paciente asesinada tras haber sido dada de alta.
Uno de los enfermeros reconoció 5 asesinatos y el otro 11, a través de fotos que les exhibieron los investigadores. Pero para unos y otros es sólo el comienzo, de una cifra y lista cuyo final promete multiplicar el estupor.
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