Fiesta y desenfreno en La Pedrera para solaz de visitantes y pesar de residentes
El balneario fue “cerrado” al público desde las 18 horas de la víspera cuando se cerró el ingreso de vehículos, salvo justificación debida, medida que se mantuvo hasta las 8 de la mañana de este martes.
Durante la noche no se registraron nuevos incidentes y el corso de La Pedrera, así como el festejo popular se extendió durante la noche entera, para solaz de los visitantes y amargura de los residentes.
Nada pudo ocultar sin embargo las situaciones previas al festejo de la víspera, cuando el arribo de miles de jóvenes saturó todas las posibilidades del balneario.
Un jóven murió en un accidente carretero próximo a la entrada al balneario, y si bien la responsabilidad del hecho está depositada en otro joven ebrio que conducía el vehículo que mató al accidentado, el tema se trasladó al corazón de La Pedrera cuando amigos del ebrio intentaron rescatarlo por la fuerza de la subcomisaría local.
El incidente dio pie a que otro preso, estuviera a punto de fugar del calabozo cuando sus amigos, intentaron también rescatarle.
Esto ocurría en tanto el destacamento policial había quedado sin gente dado el desenfreno y la cantidad de robos que se producían sin cesar en las calles del balneario.
Cuatro jóvenes debieron ser trasladados de urgencia debido a la combinación excesiva de drogas y alcohol. Dos jovencitas también resultaron gravemente heridas: la primera cayó de una terraza y a la segunda le golpearon la cabeza con un martillo.
Adiós carnaval.
Los vecinos, hartos de ser agredidos en sus personas y sus propiedades, organizaron una quema de cubiertas a la entrada del balneario para impedir nuevos accesos y reclamar a las autoridades cumplir su cometido. Los supermercados y abastecimientos, cerraron sus puertas tanto como protesta, como por temor a peores desmanes.
El Jefe Policía de Rocha, Oscar Miraballes, envió decenas de policías al balneario para contener la situación pero advirtió que “debería ser el último carnaval en estas condiciones”.
El alcalde local y el intendente de Rocha, coincidieron en la urgente necesidad de supervisar el futuro de los festejos de Momo, en el balneario.
Durante la noche y en la mañana del martes, todo parecía haber vuelto a una relativa normalidad y calma.
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