Este último año han retornado al país más de 350 uruguayos por mes
En algún momento reciente, el signo migratorio se revirtió y comenzaron a volver al país más uruguayos de los que emigran. El saldo pasó de rojo a negro. Tras ese giro, el vuelco total: ya casi no se van uruguayos a radicarse en el extranjero, o la cifra es irrelevante, estadísticamente hablando.
Esa emigración remanente es la llamada «de nichos», que afecta situaciones específicas, como la demanda mundial de personal sanitario o los estímulos que ofrece Nueva Zelanda para atraer jóvenes de los continentes.
Lo cierto es que en 2012 regresaron casi 5 mil uruguayos, que se escribe fácil, pero en realidad es un montón, un montón de gente cuyo retorno depara muchas y complejas situaciones dignas de atención.
El trabajo, por ejemplo. La vivienda, la salud, por citar los rubros más notorios. La educación de niños y jóvenes, también. Son familias enteras que llevan años alejados de la trama social en la que anudaban sus existencias antes de partir.
El camino p’al que viene
Algunos llegan con lo puesto, literalmente. Hasta con problemas de nutrición, o enfermedades desatendidas. Ahí sale entonces el Ministerio de Relaciones Exteriores a encaminar algunas soluciones básicas, en contacto con el Mides y otras dependencias.
Los hay que vuelven en mejores condiciones. Algún dinero ahorrrado para «poner algo» en Uruguay, que en la mayoría de los casos significa generar para sí mismo un único puesto de trabajo, y nada más.
Hace algunos años brotó la denominación Departamento 20, teñida de esa mezcla de sentimientos casi tangueros que aplican a la patria peregrina. O la diáspora, como hoy se estila. Y la idea popular interpretó que el D20 era una oficina estatal, dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores, encargada del vínculo con los uruguayos en el exterior.
El tiempo aclaró que el llamado Departamento 20 representaba al conjunto de aquellos uruguayos, asociados en el imaginario con una división adicional a los clásicos 19 de intramuros. Y que la oficina a cargo del nexo con ellos tenía un nombre mucho más largo y menos marketinero: Dirección General para Asuntos Consulares y Vinculación, instalada en el corazón del Minrex, en la esquina de Colonia y Cuareim.
Allí también, dependiente de aquella, se asienta la Oficina del Retorno y Bienvenida. A ella llegan diariamente decenas de consultas de uruguayos por el mundo preguntando las condiciones existentes para emprender el regreso. Entre otros recursos, se ha «colgado» en la página web del Ministerio su link más visitado: un «Breve manual para el retorno – Automóviles, enseres y herramientas».
Las crisis en el hemisferio norte han disparado las cifras. Por cielo, mar y tierra, hoy ya retornan 350 uruguayos por mes. Que se dice fácil, pero es un montón.
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